Las maravillas de Eslovaquia
En 2016, en una de nuestras escapadas desde Viena, pisamos suelo eslovaco por primera vez. Un año después, decidimos volver. ¿Quizá deberíamos darles una oportunidad a otras de sus ciudades? Al fin y al cabo, Bratislava y sus numerosos lugares de interés nos impresionaron - ¡y eso que solo estuvimos un día! Pero es que son tantas las maravillas de Eslovaquia, que en un día se puede descubrir muchísimo.
Fue la mejor decisión. Lo pasamos tan bien que repetiríamos en cualquier momento sin pensarlo dos veces.
¿Te apetece conocer este magnífico país? Si es así, nos encantaría darte algunos consejos sobre todo lo que puedes ver en las ciudades más grandes y descubrir las maravillas de Eslovaquia.

Bratislava
Rebosante de estilo, cultura e historia, Bratislava es amor a primera vista. Rodeados de palacios de cuento y una impresionante arquitectura viven poco menos de 500.000 habitantes – un pueblo comparado con otras capitales europeas. Pero ya sabes lo que dicen: los mejores perfumes vienen en frasco pequeño.
Sus calles empedradas, el color pastel de sus casas y las callejuelas del casco histórico desprenden un encanto único que despertará todos tus sentidos. Déjate guiar por la curiosidad y descubre sus delicadas fuentes, sus plazas barrocas o sus pequeños monumentos, marca y seña de la vida de personajes históricos que, como tú, paseaban por esas calles.
La joya de la corona eslovaca es, sin lugar a duda, el Castillo de Bratislava. En el centro histórico, sobre una colina rocosa visible desde cualquier parte de la ciudad, se encuentra el castillo con sus cuatro torres; desde donde podrás ver toda Bratislava y, en un día soleado y claro, incluso Austria o Hungría.
Ahí también se encuentra el Museo Nacional Eslovaco, donde se exponen documentos, fotografías y objetos pertenecientes a diferentes épocas, que te permitirán adentrarte en la historia y las maravillas de Eslovaquia.

Košice
Si eres un amante de la historia, la segunda ciudad más grande es para ti. Y es que en el centro histórico de Košice hay una gran cantidad de monumentos - no muy lejos los unos de los otros.
A la altura del monumento a la Inmaculada en la calle Hlavná Ulica, la arteria principal se divide en dos. En el borde exterior encontrarás palacios señoriales, edificios municipales y casas burguesas; en la zona interior se encuentran los monumentos más impresionantes de la ciudad, intercalados con numerosas plazas, fuentes y pequeños parques.
Entre otros, podrás visitar la catedral de Santa Isabel. Se trata de la catedral gótica más occidental de Europa y la iglesia más grande del país. Además, curiosamente, su pórtico norte está decorado – algo inusual ya que normalmente se decoraban los pórticos situados en dirección oeste o sur.
En este caso, sobre la vidriera principal de la fachada sur, se encuentra un reloj de sol datado de 1477. También del siglo XV, podrás encontrar en el interior de la catedral unos maravillosos frescos y una escalera de caracol doble que te guiará hasta el oratorio.
Pero estos son solo algunos de los muchos detalles que puedes descubrir. Tómate tu tiempo para visitar, entre otras cosas, la cripta del héroe nacional húngaro Francisco II Rákóczi, líder de un levantamiento contra la dinastía de los Habsburgo. O si lo prefieres, sube a la torre de la iglesia y disfruta de sus maravillosas vistas, a 60 metros.
Prešov
Nos quedamos en el este del país y nos vamos a Prešov. Con unos 90 000 habitantes, la tercera ciudad más grande se encuentra a la sombra de los Altos Tatras y su historia se remonta a la Edad Media. Su apogeo tuvo lugar en el siglo XVII, gracias al comercio de ópalos y la extracción de sal; testigo de ello son los numerosos monumentos que impregnan el centro de la ciudad. Flanqueando sus calles, verás también numerosas casas estucadas, típicas de la zona.
Puedes darte un paseo por Hlavná Ulica, la vía principal, mientras visitas la mayoría de los puntos de interés. No te preocupes por el ruido, ya que esta zona es peatonal, lo que le da un toque más acogedor. En tu recorrido, te acompañarán las casas reales, los palacios y, en verano, las bonitas terrazas de restaurantes y bares, donde podrás hacer una parada para descansar y tomar un refrigerio.
Después podrás visitar la imponente catedral de San Nicolás. Las impresionantes naves de hasta 16 metros de altura culminan en unas preciosas bóvedas en esta catedral perteneciente al gótico tardío. Tras casi tres siglos de construcción – se terminó en 1515 – el templo tuvo que ser reconstruido tras varios incendios durante el siglo XVIII y actualmente se puede apreciar la mezcla de estilos.
Otro templo importante, ortodoxo en este caso, es la catedral de Alejandro Nevsky. Fue construido después de la Segunda Guerra Mundial y cuenta con cinco cúpulas de bulbo. En su interior, se encuentra un iconostasio de dos niveles con imágenes de Jesús y la Virgen María, rodeados por distintos santos de esta confesión. Su importancia no es de extrañar ya que en esta parte del país, la oriental, es donde se encuentra la mayor comunidad ortodoxa.

Žilina
Rodeada por los imponentes paisajes montañosos de la Pequeña Fatra se encuentra Žilina. El centro de esta ciudad industrial tiene un estilo neoclásico de finales del siglo XIX ya que, durante ese periodo, fue devastado por dos incendios y un terremoto.
Desde hace ya siete siglos, la plaza Mariánske Námestie es el centro neurálgico de la ciudad. Está flanqueada a lo largo y ancho por casas tradicionales y soportales donde se encuentran numerosas tiendas, restaurantes y cafés.
Irrumpiendo la hilera de casas con sus torres de 32 m de altura, se encuentra la iglesia jesuita de San Pablo, datada de 1754. Los magníficos frescos y decoración son obra del pintor y grabador austriaco Johann Ignaz Cimbal mientras que la imagen de piedra del santo es posterior a la construcción de la iglesia, ya que se compró en Múnich casi un siglo después. Dato curioso: la orientación del templo no es la habitual, está invertida. El coro, en el lado oeste de la nave, debería estar justo en el lado contrario.
Cerca de la ciudad, construido en el siglo XIII, a fin de recaudar impuestos por el tránsito de los ríos Váh y Kysuca, se encuentra el castillo de Budatin. Desde finales de la Edad Media hasta el siglo XX sólo dos familias diferentes fueron sus propietarias, lo que no quita que no se hiciesen cambios en el castillo. En el siglo XVI se remodeló según el estilo renacentista y tras la revolución del Imperio Austriaco (1848) sufrió graves daños, lo que obligó a mantener sus puertas cerradas por renovación. Hace poco que volvieron a abrirse y actualmente puedes disfrutar de unas impresionantes vistas desde la torre o pasear por su museo.

Para terminar
Como has podido comprobar, Eslovaquia tiene mucho que ofrecer. Aunque la primera vez solo visitamos la capital por su cercanía con Austria, las diferentes ciudades del país nos robaron el corazón.
Bratislava es uno de esos lugares que tienes que visitar antes de morir. Si Praga te parece muy turística, dale una oportunidad a su capital vecina. Eso sí, si tienes tiempo ¡no puedes perderte alguna de las otras ciudades eslovacas!
Si quieres cambiar de ambiente, cruzando el país hasta Košice, podrás descansar en Prešov o en la ciudad industrial de Žilina. Por desgracia no son tan conocidas como la capital, pero no por ello tienen menos encanto.
Y si no te hemos convencido, te invitamos a que veas las ciudades, la historia, los paisajes y todas las maravillas de Eslovaquia ¿Te atreves?