El desierto de Atacama
Podemos encontrar un desierto casi en todos los continentes. Este paisaje árido y casi muerto siempre ha causado una absoluta fascinación. Entonces, ¿por qué no unir viajes al desierto y viajes para mochileros? Si tu aventura te lleva a Latinoamérica, o concretamente, a Chile, ¡te recomendamos que incluyas el desierto de Atacama en tu itinerario!
Este desierto relativamente grande es muy fácil de recorrer y se caracteriza, sobre todo, por una particularidad: es el más seco del mundo, sin contar los desiertos polares. En concreto, Atacama es un desierto costero frío del subtrópico.
Los vientos alisios fríos y las corrientes marinas originan niebla en la región costera. Sin embargo, hace tanto frío que esto provoca que la temperatura sea muy baja y, por consiguiente, que no llueva. De esta forma, las nubes que aparecen en el desierto simplemente se vuelven a disolver.
A continuación, te mostraremos por qué deberías visitar el desierto de Atacama: un desierto muy especial en el que podrás encontrar algo más que arena y calor.

El desierto de Atacama: un destino único
El desierto de Atacama es probablemente una de las principales atracciones turísticas en Chile. No obstante, el desierto se extiende aproximadamente 105 000 km2 y alcanza tres países más: Perú, Bolivia e, incluso, Argentina. También se puede dividir, principalmente, en tres áreas: montañas costeras, montañas andinas y un valle elevado.
El clima de Chile es muy diferente y el desierto de Atacama constituye el extremo opuesto a los glaciares cubiertos de nieve. Chile es un país lleno de contrastes climáticos y, durante una estancia en el caluroso y seco desierto, también querrás estar en otras zonas más frías del país.
El desierto de Atacama y sus alrededores
Será mejor que comiences tu aventura en el desierto de Atacama desde una de las ciudades cercanas y grandes en Chile. Por ejemplo, Antofagasta, Iquique y Calama son especialmente adecuadas, ya que es posible llegar a todas ellas en autobús o en avión desde la capital, Santiago de Chile. La ciudad más grande en el desierto de Atacama es San Pedro de Atacama.
En este oasis viven aproximadamente 11 000 habitantes. Aquí tendrás la oportunidad de admirar la arquitectura colonial y de visitar su museo. En general, la mayoría de las ciudades y pueblos se encuentran en el oasis, lo que hace que sea posible vivir en estos lugares. Si estás pensando pasar la noche en alguna parte, una de estas ciudades debería estar, sin duda, en tu lista de destinos.
En el oasis hay tanta agua que es posible llevar a cabo tareas de agricultura. Por lo tanto, durante tu viaje no será necesario prescindir de ciertos alimentos como el maíz, el arroz y las judías. Además, esto permite que animales como las llamas y las alpacas vivan cerca de las fuentes y muchas plantas prosperen.
Sin embargo, no es necesario que atravieses el desierto de Atacama para hacerte una idea de cómo es. Muchas regiones alrededor de Tacna, Uyuni, Arica, Cafayate y Copiapó también son muy desérticas y, por tanto, asombrosas. La mayor parte del desierto de Atacama no es accesible por carretera, al igual que ocurre con otras zonas del sur de Bolivia y la Reserva Nacional Los Flamencos.

El clima del desierto de Atacama
Por lo general, los paisajes desérticos experimentan fuertes lluvias en intervalos regulares (cada siete u ocho años). En el desierto de Atacama esto se ve favorecido por el fenómeno meteorológico El Niño. También hay una breve floración en el desierto y la naturaleza se recupera un poco.
Sin contar las regiones polares, el desierto de Atacama ha sido el lugar con el clima más seco del mundo durante aproximadamente 150 millones de años. En muchas partes, ni siquiera ha llegado a llover nunca y el aire es 50 veces más seco que el aire del parque nacional del Valle de la Muerte (Death Valley National Park).
No obstante, debido a la altitud media de 3 000 m, el desierto no es tan caluroso como seguramente ya estás pensando. Durante el día, la temperatura ronda los 30°C, mientras que, por la noche, el termómetro puede bajar hasta los -15°C.
Experiencias del pasado y del presente en el desierto de Atacama
Debido a su naturaleza surrealista y extraña, el desierto de Atacama es una auténtica mina de oro dentro de los destinos para los mochileros. Aunque las lagunas, los valles y la desolación absoluta no es lo único especial que tiene este desierto. En este lugar, el presente y el pasado se encuentran de una forma extraordinaria: formaciones con varios millones de años de antigüedad, así como momias y edificios con unos cientos de años que distinguen a toda la región.

El desierto de Atacama: paisajes que no son de este mundo
El desierto de Atacama se caracteriza por sus diferentes formaciones rocosas. En este lugar, no encontrarás las típicas dunas de arena del Sáhara, pero sí podrás ver suelos de piedra en color naranja, marrón, amarillo e, incluso, rojo.
Muchos lagos salados como, por ejemplo, el Salar de Uyuni o el Salar de Atacama provocan que el aire sea extremadamente salado e, incluso, todavía más seco. Visitar el Valle del la Luna es algo muy especial, porque aquí se pueden contemplar flamencos y extravagantes columnas de roca.
El Valle de la Muerte en San Pedro de Atacama es una parada obligatoria si visitas esta ciudad. Nos recuerda mucho al Gran Cañón (Grand Canyon) en Estados Unidos, pero parece de otro mundo. Irónicamente, encontramos más agua en este valle que en los lagos salados más famosos. La laguna Cejar y la laguna Piedra tienen un color verde esmeralda, lo que hace que la orilla se convierta en roca desértica en un oleaje blanco y calcáreo. Además, los géiseres del Tatio brotan del suelo con un vapor hirviente.
El desierto de Atacama: soñar bajo el cielo estrellado
Todos los exploradores saben que, cuando se está lejos de la civilización, observar las estrellas por la noche es realmente especial. Precisamente por esa razón, este desierto gigantesco es el lugar idóneo para contemplar el cielo.
Pero los fotógrafos profesionales y los soñadores no son los únicos que aprovechan su dinero, ya que en este lugar también encontrarás muchos observatorios. Los científicos intentan averiguar más sobre los planetas y nuestro sistema solar a través de los telescopios. La NASA pudo probar aquí sus sondas a Marte antes de enviarlas definitivamente al planeta rojo.
El desierto de Atacama: testigos del pasado
Hasta ahora, el clima seco se podía aprovechar de una forma diferente al visitar un museo. Muchos indígenas del desierto, conocidos como atacameños, conservaron su forma natural desde su asentamiento hace 11 000 años. En las últimas décadas, se han recuperado personas momificadas en varias excavaciones. Sin embargo, por respeto a los muertos, las momias ya no se pueden exponer.
El desierto de Atacama sigue siendo un lugar especial relacionado con la muerte. Muchos cementerios brillan con colores vivos y conmemoran a los muertos en un entorno desolado y desértico. La región también guarda otro oscuro secreto de la historia reciente. Durante la Dictadura Militar de Pinochet, muchas personas contrarias al régimen fueron secuestradas y abandonadas a su suerte en el desierto. Por eso, suponemos que muchas almas finalmente no pudieron encontrar consuelo en este lugar.

El desierto de Atacama: peregrinación por la arena
En contraposición, las rutas de peregrinación son bastante más agradables. Estas rutas son principalmente para los viajeros religiosos, aunque encontrarás a estos excursionistas en muchos de los senderos de la zona. Las capillas del desierto, de la época colonial española, completan la vista general y prometen más aventuras que en el Camino de Santiago en Galicia. Sin embargo, cabe mencionar que las peregrinaciones en esta zona solamente son aptas para peregrinos adultos experimentados.
El desierto de Atacama: deporte bajo un sol abrasador
Es evidente que se puede practicar deporte aquí, pero no es del todo recomendable. Cada paseo en bicicleta y cada caminata pueden convertirse en una verdadera prueba de resistencia, debido principalmente a la altitud y al aire salado y seco. Además, en el norte de Chile se producen muchos terremotos y los fuertes desprendimientos de tierra son bastante frecuentes.
En las zonas costeras cercanas a Iquique y Arica se puede hacer surf. Por otra parte, Huacachina (Perú) es el mejor lugar para probar el surf de arena, una actividad muy especial y divertida: consiste en deslizarse en una tabla por las dunas de arena.
Otros destinos turísticos
Lo ideal es combinar la visita al desierto de Atacama con el cruce de fronteras: desde Calama puedes llegar al Salar de Uyuni en Bolivia, mientras que desde Arica en dirección al norte llegarás a Tacna en Perú.
Por último, desde el norte de Chile puedes ir a Argentina, concretamente Buenos Aires. Otros aeropuertos de los alrededores también te llevarán a Santiago de Chile, Lima o de vuelta a Europa. Otra opción es continuar tu viaje de ida y vuelta hacia Cusco, la región de los Andes, el lago Titicaca o la región gaucha alrededor de Salta.

Para terminar
¿Quién hubiera pensado que tanta piedra, arena y sequedad podrían formar un conjunto tan extraordinario? Nos encantaría demostrar a todo el mundo que el desierto de Atacama es algo más que aire caliente.
A través de paisajes irreales y campos de sal gigantescos es posible visualizar el pasado de esta región chilena, peruana y boliviana. En casi ningún otro lugar la conexión entre la vida y la muerte o entre la tierra y el espacio es tan tangible como aquí.
Aun así, en tu entusiasmo y euforia por visitar esta región, no te olvides de que casi nadie puede vivir aquí. Este lugar no deja de ser un desierto, por lo que se trata de uno de los lugares más difíciles para vivir. Es muy importante que bebas mucha agua, te protejas del sol y procures no perderte nunca, ya que las consecuencias podrían ser mortales. Si nos olvidamos de estos detalles, te espera una aventura surrealista y única en el lugar más caliente de Chile, entre un espejismo y un oasis.